miércoles, agosto 19, 2015

EL OSO DE ANTEOJOS

La mesa de trabajo de "Juntos, pero no revueltos" de Ecos 1360. dialogan con Margarita Calle, Andrés Botero Molina, Hans Lamprea, Gustavo Colorado y Alonso Molina Corrales, como invitado especial.
¿UNA AMENAZA PARA LA CULTURA?

Por Alonso Molina Corrales

Gracias a invitación del escritor Gustavo Colorado y de Ecos 1360, conversé con Margarita Calle, directora de la Maestría en Estética de la Universidad Tecnológica de Pereira; sobre los avances del programa de concertación y estímulos del Instituto Municipal de Cultura y Fomento al Turismo de Pereira, en el que ese postgrado actua como coordinador.

La entrevistada dijo que ese programa ha significado un cambio en la gestión cultura en Pereira, por cuanto los recursos de financiación de proyectos, son distribuidos con criterios objetivos, por parte de jurados idóneos y porque la misma iniciativa ofrece, consecuente con el elevamiento de los niveles de exigencia,  espacios de capacitación para artistas y creadores. Otro aspecto interesante es que el programa hace parte integral y coordinada del plan municipal de cultura adoptado por el Instituto, como su hoja de ruta para los próximos diez años. Todo eso es muy satisfactorio.

Lo preocupante de las afirmaciones de Margarita Calle es que puede existir una especie de concierto de personas y entidades para desmontar el programa de concertación y estímulos, por considerarlo un obstáculo para acceder comodamente a la financiación de sus proyectos. De ese proposito participaría alguna de las campañas a la Alcaldía de Pereira. Aunque creo que ninguno de los candidatos, en caso de ser elegido alcalde, quiera prestarse para eso, pues incumpliría el pacto suscrito por todos en el marco del Foro de Cultura; si es bueno ponerle atención a la denuncia y mirar cuáles deben ser las futuras tareas que aseguren la vigencia del programa en particular y del plan municipal de cultura en general.

Mi experiencia pública me hace saber que es posible la muerte de iniciativas buenas y de alto impacto, por consideraciones diversas y ajenas a los propios intereses de la cultura. Por eso, una de las primeras cosas que propuse en el seno del equipo programático de la campaña a la alcaldía de Juan Pablo Gallo, era elevar a Acuerdo Municipal el plan mencionado, por medio de un proyecto presentado en las primeras  sesiones del Concejo de Pereira, por el recién posesionado mandatario.

El hecho de que tenga el carácter de Acuerdo no garantiza la juiciosa ejecución de esa heramienta de gestión pública, pues media la voluntad política. Sin embargo, cualquier ciudadano podría demandar ante la justicia su cumplimiento. Esa posibilidad exige un seguimiento detallado, que creo debería ser del resorte de una veeduría creada para tal fin y conformada por el mayor número de gestores, artistas y organizaciones culturales de Pereira.


Dos tareas quedan propuestas: El Acuerdo y la veeduría.

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