lunes, julio 31, 2006

El Correo #22

Pereira, Junio 29 de 2006 # 22

BAGATELAS*
Periodismo para la memoria

Por Alonso Molina Corrales

Históricamente, Pereira ha sido una plaza liberal y eso ha determinado que los puestos del ejecutivo local hayan sido ocupados casi siempre por personas de esa filiación y que su Concejo haya estado compuesto por un número mayoritario de afectos a la bandera roja.

Acorde con la tradición bipartidista, la otra formación de relevancia en Pereira ha sido la conservadora, que ha tenido la oportunidad de gobernar cuando las coyunturas políticas departamentales y nacionales lo han permitido.

Quizás por el carácter comercial de Pereira y el establecimiento embrionario de una actividad industrial vinculada a la transformación del café y a la confección de prendas de vestir, formaciones de orientación izquierdista, incursionaron con éxito en la vida política local y agitaron las banderas de la justicia social.

Marcaron época el Moir y la Unión Patriótica, que en diferentes etapas tuvieron presencia en el Concejo de la ciudad. La última, incluso, hizo parte del gobierno del primer alcalde popular de Pereira, Jairo Arango Gaviria, entre 1988 y 1990. Lamentablemente, el 6 de enero de 1989, murió asesinado el jefe máximo de esa agrupación en Pereira, Gildardo Castaño Orozco y entró a engrosar la trágica y larga lista de dirigentes de la UP, eliminados en forma sistemática.

No se puede dejar de mencionar la presencia de la Alianza Democrática M-19 en la Asamblea de Risaralda en el decenio de los noventa, con el excomandante de EPL, Marino Alzate, en lo que se constituye en el mejor ejemplo de un proceso exitoso de desmovilización de actores armados.

Tampoco la historia política de Pereira ha sido ajena a fenómenos significativos a nivel nacional. La Alianza Nacional Popular – Anapo, presidida por el General Gustavo Rojas Pinilla tuvo su cuarto de hora a finales del decenio de los sesenta y comienzos de los setenta, mientras otras fuerzas como la Democracia Cristiana llegaron a ocupar escaños en el cabildo local.

La historia política de Pereira demuestra como la hegemonía de los partidos tradicionales fue retada por otras corrientes, que incursionaron con éxito en el escenario electoral y garantizaron su presencia en ámbitos como el Concejo, reservados hasta ese momento a los voceros del liberalismo y el conservatismo.

En la actualidad; cuando los resultados de las elecciones del 12 de marzo y del 28 de mayo parecen mostrar unos partidos tradicionales quebrantados, incluso para algunos, heridos de muerte; ¿cuál será el papel que jueguen los relictos de las organizaciones políticas alternativas?

Muchas otras preguntas surgen al revisar la historia reciente y de seguro, sus respuestas servirán para vislumbrar el futuro del ejercicio político en la región y en la ciudad, confirmando una vez más, que en el pasado están las claves para la construcción del porvenir.

La Columna de Marulo

MUCHOS POETAS Y POCA POESÍA
Por: Edison Marulanda Peña
Se trata del XVI Festival Internacional de Poesía de Medellín, Primera Lectura en Pereira. En efecto, la noche del 27 de junio en el Teatro Santiago Londoño esta cita con la palabra y los artesanos de las letras permite una doble lectura.

Primera, si sólo se toma en cuenta la asistencia de manera cuantitativa fue un éxito. Se ocupó un 90 por ciento de la sala principal. Lo más esperanzador es que la mayoría del público es gente joven; que esta iniciativa de la Corporación Imaginarte tuvo el apoyo del Instituto de Cultura y una acertada estrategia de medios. Se ratifica así que “en Pereira hay gente para todo”.

La segunda, es evaluar la calidad de los poemas leídos. Y aquí si hay que decir con San Agustín: “Yo soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad”.

La jornada se dividió en tres segmentos. Los dos primeros se dedicaron a mostrar la producción de ocho poetas de la ciudad. El último, para la esperada lectura de los invitados: la joven Katia Chiari de Panamá; Al Hunter de Canadá, quien leyó en inglés y sólo dos de sus poemas traducidos al español se escucharon en la voz del profesor Carlos Saracay; y el decano de todos, Pedro de Oraá, cubano no exiliado.

No ser poeta o crítico literario no me inhabilita para hacer un juicio de valor como lector que soy, respecto de lo que se puede sentir al escuchar estas voces que cultivan uno de los géneros más exigentes, respetables y sonoros de la palabra. Debe ser por esto que el premio Nóbel ha sido entregado pocas veces a poetas –Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, entre otros- y sí a muchos novelistas.

Una frase certera de un estudiante de 7º semestre de literatura, Alberto Briceño, al abandonar el teatro, sintetiza el balance de la noche del martes: “Muchos poetas y poca poesía”, dijo.

De los ocho colombianos tres son docentes. Rubén Darío Rojas y Leonardo Fabio Marín, que han publicado libros, y una mujer que parecía hacer su debut. Los tres leyeron versos, pero nos quedaron debiendo la poesía.

No vale la pena repetir la manida discusión “si el artista nace o se hace”. El talento, si es que se posee, puede y debe complementarse con la formación, que amplía el horizonte y permite el encuentro gozoso con poetas mayores y menores. Pero esto exige, sin duda, rigor para cultivarse y autocrítica.

Tomarse la poesía por asalto para reducirla a panfleto anacrónico –hasta hace dos décadas esta degradación la llamaban “arte comprometido”- o echar mano de lugares comunes o carecer de elemental conocimiento para distinguir entre el ritmo y la insufrible cacofonía –como en el caso concreto del profesor Rojas- no ayuda a la prioridad de formar públicos para ésta y todas las artes.

En relación con los poetas internacionales hay que decir que lograron la comunicación íntima entre sensibilidades y regalar nuevas emociones. Esto al fin y al cabo, es lo que se desea y se aguarda de un buen poema: capacidad de conmover.

PD. Apoyo al abogado Carlos Humberto Isaza por su oportuna e indignada columna “Entre tu arte y mi arte, prefiero mi arte”, del sábado 24 de junio en La Tarde. Un poeta mayor nacido en Pereira, Eduardo López Jaramillo (q.e.p.d.) para referirse a la “posmodernidad” usaba la palabra “posmediocridad”.

Crónica
HOMENAJE A JAIME OCHOA OCHOA, GUARDIÁN DE LA MEMORIA
Por Alberto Rivera
Su casa es un laberinto hermoso poblado de libros y cuadros y una penumbra precisa para dialogar con la creación. El silencio que la puebla está hecho para que las páginas de sus miles de obras que guardan la memoria de la ciudad y de la literatura regional, salgan a dialogar con los visitantes. Es un lugar construido con carátulas, estantes, piezas indígenas, dibujos que llaman desde sus marcos y varias almas que comparten los días en medio de todo este escenario que parece salido de un poema. Allí habita Jaime Ochoa Ochoa, un profesor que hace 30 años comparte su vida entre tableros y libros; un padre inusual para sus obras que guarda celosamente y que alcanzan la cifra de 20 mil libros conseguidos en su mayoría tirados en la calle como huérfanos con suerte, cuando se encuentran con su protector. Allí funciona el Centro de Documentación del Eje Cafetero. No podría tener otro nombre diferente porque desde allí han nacido investigaciones, tesis de grado y miles de lectores ilustrados que se han acercado en medio de una amistad literaria a este recinto plagado de sabiduría. “Me motivó hacer esto el desconocimiento que había de la literatura de la región. Alguna vez pregunté sobre ello y me dijeron que no perdiera el tiempo habiendo tantas cosas en la literatura universal, latinoamericana y colombiana, porque en Pereira no encontraba nada. Pero es increíble la cantidad de material que hay sobre autores pereiranos que han escrito sobre todos los temas posibles. Cocina, meditación, historia, deportes, poesía, cuentos, novela, astronomía y crónica donde hay excelentes textos. Este género lo inició en Pereira Luís Tejada, quien marcó un hito en la memoria de la ciudad en este género. También Ricardo Sánchez y en la época actual Gustavo Colorado y Rigoberto Gil. Cuando empecé a recopilar libros las cosas giraban en torno a Luís Carlos González, pero hay personas a su alrededor como Benjamín Baena Hoyos, Euclides Jaramillo Arango y Adel López Gómez, pero antes de ellos hubo personajes como Alfonso Mejía Robledo quien empezó desde los 14 años dirigiendo un periódico. Se editaron más periódicos y revistas en la década de los años 10 al 20 del siglo pasado, que en la actualidad...” Su voz resuena en la noche y tiene público asegurado. Los libros lo escuchan desde las “graderías” que lo rodean en su casa y sus palabras sueltan datos, fechas, personajes, historias y en medio de esta tertulia se escuchan aplausos imaginarios que salen con vigor desde su biblioteca. “Todo esto me ha permitido conocer a los escritores, primero para recoger la obra que he ido adquiriendo con mi sueldo de maestro en los puestos de la calle, en su mayoría, o por donaciones de algunas entidades, o por obsequios de amigos. Sobre esto se ha hecho un trabajo biobibliográfico donde se consignan los datos del autor y una síntesis de sus obras y por supuesto la reseña respectiva del libro conseguido. Eso hay que publicarlo algún día...” Los autores de los municipios son su obsesión. Cuando empezó a recopilar libros le decían que si Pereira en literatura no tiene nada, qué van a tener los municipios. Pero ha enterrado esa tesis porque a través de un trabajo especial de reseñas ha descubierto que en las localidades existe un alto número de escritores, a muchos ni siquiera los conocen en su tierra porque han salido de ella a las grandes ciudades o al exterior, pero Jaime Ochoa los ha recuperado para la historia. “El escritor es hijo de su presente. Uno difícilmente puede adelantarse a su época en los procesos literarios. La gente ha sido muy apegada a su cotidianidad, la mayoría de los escritores nuestros han narrado nuestro medio. Salvo casos excepcionales. Hay autores con una talla más universal en el sentido que escriben o escribieron de temas foráneos, no tan provinciales, como Eduardo López Jaramillo y Alba Lucía Ángel, pero en esencia siguen siendo tan provincianos como el más provinciano de nuestros escritores, pero curiosamente el escribir sobre la provincia, como decía León Tolstoi, es la forma de ser universales, porque no es desde Pereira que podemos describir a París y no nos hacemos universales por escribir de Roma o de Londres. La literatura se hace universal porque está bien escrita, porque dice cosas importantes, porque pone a pensar a la gente, da pautas de reflexión, de conocimiento, de búsqueda... eso es lo que hace a un autor universal aunque escriba sobre las cosas más triviales de su provincia...” Como maestro afirma que hay que mercar libros; así como el padre de familia compra víveres para su hogar, no debe faltar una obra en su mercado porque hay que pensar no sólo en alimentar el cuerpo sino en alimentar la inteligencia, la capacidad de estudio de sus hijos, pues muchos de ellos no leen porque a su casa ni siquiera el periódico llevan y los jóvenes están más pendientes del televisor y de la música de moda. “Haber constituido esta biblioteca me ha permitido formar parte de la Academia Pereirana de Historia, una entidad sin ánimo de lucro, con propósitos muy nobles sobre la ciudad como recuperar la verdadera historia de Pereira con los nuevos estudios que se están haciendo, con las investigaciones que se están proyectando y con los descubrimientos a través de las excavaciones y hallazgos. Pienso que la historia de la ciudad va a cambiar mucho. El propósito por el momento es fortalecer ese trabajo de investigación y tratar de llevar una nueva visión más acorde con la historia...” De inmediato su espíritu histórico salta del estante a sentarse en el mueble de la sala, porque se siente aludido y quiere escuchar la noticia que le permitirá seguir vivo... “Hemos recibido de la Alcaldía el archivo de la Notaría Primera desde 1875 a 1972. Allí no se ha trabajado mucho, pero la cantidad de información para cambiar un poco la mentalidad de lo que fue Pereira va a ser muy importante, porque nos va a dar una visión muy amplia de la historia de la ciudad. Ahora tenemos el proyecto de poner en marcha el Museo Histórico y Arqueológico de Pereira, que gracias al alcalde, Juan Manuel Arango Vélez, nos permite constituirlo, ya tenemos más de mil piezas originales quimbayas, calimas y pijaos, que difícilmente se podrían encontrar en otras ciudades. Hay un dinero prometido para adecuar la sede del museo. Esperamos que llegue pronto...” Además Jaime Ochoa Ochoa es corrector de estilo. Raro que no lo fuera con las clases de buen lenguaje que ha recibido de sus libros. Allí intenta, como lo afirma, lograr una obra del autor bien presentada, sin errores ortográficos que no le perdonarían sus hijos si deja escapar el “duende” de imprenta. Su casa es un “infierno” para esos duendes, erradicados gracias a que sigue con rigor las normas del lenguaje. “En Pereira hay autores que producen mucho y eso es loable en una ciudad intermedia. Si nos comparamos con otras ciudades no hay una producción igual como la que se da en Pereira, donde además hay bastantes empresas editoriales. El pecado es que faltan canales de distribución porque la obra no llega, no se proyecta a nivel nacional. Los autores se quedan con las cajas llenas de libros en sus casas porque tienen 20 amigos que le compran la obra y el resto espera que se las regalen, entonces no hay mucha colaboración con los escritores...” La melancolía entra a hacer parte de esta visita tras pronunciar estas palabras. ¿De qué vale publicar una obra si no se proyecta como se debe? La reflexión busca llamar la atención de las entidades estatales para que apoyen mucho más a los artistas. Sin embargo, sabe que son palabras que se lleva el viento, porque el Estado no tiene oídos para escuchar estas quejas. “Mi padre fue un buen lector y de tanto verlo leer iba aprendiendo de su afición; sin que fuera un intelectual comentaba los libros que leía, de manera sencilla, y eso me fue quedando para alimentar este oficio. Inicié con una colección de Colcultura cuando los libros valían a tres pesos, en 1972, y logré completar la colección. Allí leí literatura universal, colombiana, historia y poesía. Eso debería hacerse con los escritores pereiranos. Claro que es una utopía la propuesta...” Inagotable es la palabra del sabio local. Las tertulias con Jaime pueden durar toda la vida porque las páginas de su conocimiento son tantas como las de sus 20 mil libros. Después de un tinto pasamos a hablar de la ciudad. Apenas estamos empezando...

EL SUEÑO EN VIGILIA

DICCIONARIO DE LA IRREAL ACADEMIA DE LA LENGUA VIPERINA

Por Alvaro Camacho Andrade

Acantilado: Motel japonés
Aciago: Indico la forma como procedo
Agilizar: Elevar de manera rápida la bandera
Agrónomo: Duende del campo
Aguacero: Cortar el servicio de acueducto por falta de pago
Alfileres: Eres ficha de ajedrez
Antipático: Individuo con fobia a los patos pequeños
Apegado: Boxeador
Autómata: Carro fantasma
Barman: Amante de Gartúbela
Buenos aires: Ventilador
Calistenia: Le robaron el cáliz al curita
camachoalvaro@yahoo.es

Eventos
Nuevos cursos de cine
La Corporación Cine Club BORGES, ubicada en la carrera 8 No 27-47 de Pereira, inicia un proceso de formación en cine básico, con dos grupos, así: Desde el sábado 8 de julio (duración 3 meses) de 1 a 3:30 p.m. Desde el martes 11 de julio (duración 3 meses) desde las 6:30 p.m. Informes al teléfono 3261231.

AGRADEZCO EL REENVIO DE ESTE MATERIAL Y LA PRESENTACIÓN DE NUEVOS CORRESPONSALES. TAMBIEN ESPERO COMENTARIOS Y APORTES PARA ENRIQUECER ESTE CORREO Y ESTE DIÁLOGO.

alonsomolinacorrales@yahoo.com

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