Entre
el Nudo y Tatamá
SESQUICENTENARIO,
POLÍTICA Y DIALOGO
Por Alonso Molina Corrales
Comenzó
el mes de agosto con su estruendo de celebración por el aniversario
150 de Pereira. Una gran programación liderada por el Instituto
Municipal de Cultura y Fomento al Turismo y su directora, la doctora
Adriana Vallejo de la Pava, saca la cara en una conmemoración que
luce pálida, frente a lo que pudo representar como punto de llegada
y de partida, en el ejercicio de reconocernos y ponernos de acuerdo
en lo que deseamos para la urbe en los próximos cincuenta años y
que muestra un semblante todavía peor, si la comparamos con la
efeméride del legendario centenario; el gran campanazo sobre las
pretensiones de la Villa de Cañarte en la segunda mitad del siglo
XX. ¿Qué vamos a anunciarle al país y al mundo sobre nuestros
sueños y proyectos en esta ocasión?
Pero
se debe reconocer también que en esa obligada y urgente tarea de
reflexión, el pecado no es haber hecho nada; por el contrario,
sendos ejercicios de prospectiva y planeación recogen polvo en los
anaqueles de los despachos oficiales y gremiales, así como en las
universidades. Algunos, como el ejercicio de prospectiva formulado
por la Universidad Externado de Colombia y el de la Sociedad en
Movimiento, liderado por la Universidad Tecnológica de Pereira,
fueron pensados o al menos iniciados como parte del cumpleaños de la
capital de Risaralda. La falta está en no haberlos puesto en común
de una manera más amplia, para que el ciudadano de a pie, el que
escasamente lee, oye y ve noticias y comparte en alguna red social,
pudiese discutir y contribuir a construir lo que es una meta
deseable: una visión de futuro de la urbe.
Claro
que el pecado es de todos. Solo como un botón para la muestra
hablemos de los partidos y los políticos. Agosto es el mes que marca
el inicio de la campaña que antecede a las elecciones de los
miembros del Congreso de la República y es febril nuestra actividad
para poner a punto los acuerdos que garanticen la fortaleza de las
listas de candidatos. En el liberalismo, que es donde milito, el
arranque lo determina el pacto entre Diego Patiño Amariles y Juan
Manuel Arango Vélez, que nos llena de alegría y optimismo a los que
seguimos a los dos dirigentes, pero que no puede ser interpretado
como la unión de la totalidad de la colectividad y muchos menos,
como el camino para garantizar que ésta obtenga más curules y sea
en el mediano plazo, una real opción de poder en la región; un
propósito que debe ser principal. Si en la mecánica política los
resultados son hasta ahora pobres, más lánguidos lucen los
ideológicos y programáticos. Nuestro partido aun no habla de lo que
piensa de Pereira ahora, ni lo que quiere para ella en el futuro. Lo
mismo parece que ocurre en las demás formaciones. ¿Se podrá
predicar algo similar si hablamos de los gremios de la producción y
de las organizaciones populares?
Como
moño del paquete, habría que subrayar lo poco importante de un
discurso o una posición frente al tema de ciudad, si somos incapaces
de compartirlo, socializarlo, ponerlo en común con todos los demás
pares, estamentos, partidos, organizaciones de la sociedad civil y
hasta con nuestros contradictores. En Pereira, cada quien ladra por
su lado y detrás de su propio hueso.
Artículo publicado en periódico La Tarde de Pereira:
http://www.latarde.com/opinion/columnistas/119260-sesquicentenario-politica-y-dialogo
Artículo publicado en periódico La Tarde de Pereira:
http://www.latarde.com/opinion/columnistas/119260-sesquicentenario-politica-y-dialogo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario